Salinas de Ulló - Granxa das Salinas (Vilaboa-Pontevedra)


Ya hemos visitado este lugar varias veces, pero nunca deja de sorprendernos según la estación del año en la que vayas; por ello pensé que sería buena idea hacerle un hueco a esta entrada en el blog y dar a conocer más este lugar entrañable que forma parte del patrimonio histórico de Galicia.

Este paradisíaco lugar para pasear también lo es para las aves, ya que junto a sus Marismas forman parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC) de la Enseada de San Simón.


Se encuentran en la parroquia de Paredes y más concretamente en el valle de Ulló y sus antecedentes se remontan al reinado de Felipe IV en el siglo XVII sobre el año 1637, estando vinculadas primero al monasterio de Poio y siendo explotadas luego por los Hermanos Jesuítas de Pontevedra en 1694.

Aquí se dejan ver garzas, garcetas y hasta espátulas, aunque el ave mas frecuente es la Garza real que permanece inmóvil entre los juntos a la espera de alimento.


Desde la antigüedad es conocida la importancia de la sal para la conservación de los alimentos, por ello era un bien muy preciado y necesario creándose un importante comercio en torno a la misma, que incluso fue regulado por el gobierno durante la Edad Media por los importantes ingresos que generaba.


Se crearon importantes puntos de producción de sal y fábricas de salazón desde la época de los romanos hasta el siglo XIX que aparecieron las fábricas de conserva, y estamos ante uno de los ejemplos de antiguas salinas mejor conservadas de Galicia.


En el s. XVII Antonio Mosquera Villar y Pimentel solicita al administrador del estanco de sal de Galicia permiso para recuperar estas abandonadas salinas desde la Edad Media, y se convierte en el administrador general de las Salinas del Reino de Galicia, además de ser patrono del recién creado Colegio de Jesuitas de Pontevedra, lo que aprovechó para conseguir la cesión a los jesuítas de los terrenos situados en este lugar y construyesen unas salinas en 1693.

Éstos crearon tres salinas en la zona mediante la construcción de diques de cantería con canales para el control del agua y su posterior secado, como las Salinas de Ulló de Abaixo en Larache, las de San Ignacio y las de La Cruz en Portomuiños en Vilaboa y se recuperaron las de San José de Ulló en Gordenla, que estuvieron activas y con plena producción hasta  mediados el s. XVIII  que los jesuítas fueron expulsados de España. Además hay constancia de continuos conflictos y pleitos de los jesuítas con los vecinos de Vilaboa sobre los terrenos que ocupaban las salinas, ya que éstos los utilizaban para sus cultivos agrarios.


A mediados del siglo XIX D. Juan de Arana y su hijo José Nazario de Arana, se hacen con la mayoría de los terrenos de las antiguas salinas con la intención de crear una importante explotación agraria. 

En su proyecto pretenden reconstruir y ampliar las viviendas existentes, el alfolí y el taller de elaboración de sal construido por los jesuítas, que son las que podemos observar a día de hoy sumidas entre la vegetación y conocidas como la Granxa das Salinas, que estarían habitadas hasta la primera mitad del siglo XX por los caseros de la Granja.

El dique principal de las Salinas es también llamado "Banca de Casó" y debe su nombre a que fue cedido al arquitecto Felipe Auguste Cazaux (constructor del viaducto de Redondela en 1876 y del puente internacional de Tui en 1885). En uno de sus laterales tenía su residencia y posteriormente construyó un molino de mareas sobre la estructura del dique, siendo uno de los pocos molinos de mareas existentes en Galicia y que además aprovechaba tanto la fuerza de subida como de bajada de la marea.


No sería hasta el año 2006 cuando se realizase un proyecto de recuperación del entorno, creando una senda peatonal sobre el dique que separaba la balsa exterior de la interior, reconstrucción del mismo y acondicionamiento de la zona, destacando la gran labor realizada hasta el día de hoy desde la Asociación Salinas de Ulló y el Concello de Vilaboa.



Las salinas son también el punto de inicio de distintos sendero homologado, como el PRG-106 Sendeiro de los Muiños de Vilaboa y Suelo del Vilar, que asciende incluso el lago Castiñeiras, al largo del río Trasmil, mostrando unos 15 molinos, algunos restaurados y otros en estado ruinoso, pero que dan a la esta dificultosa subida un encanto especial, o otros de dificultad casi nula que nos llevan a lo largo de la costa hasta Larache y otras zonas de interés natural.

Cómo llegar:

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