El Convento de Santa Clara en Pontevedra fue hogar de monjas clarisas de clausura desde finales del siglo XIII y tras más de 700 años de historia, accedemos a su interior.
Todo lo que había tras los muros del cenobio siempre fue un gran misterio ya que no era accesible al público general, al tratarse de una orden de clausura.
Así que, en cuanto me enteré de la jornada de puertas abiertas organizada por A Citania Arqueología, S.L. en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, el primer fin de semana de Diciembre de este año 2022, no lo dudé ni un momento.
Desde su compra para patrimonio público por parte del Concello en el año 2021, se inició un proyecto de evaluación arqueológica e histórico-artística del convento, realizado por la UTE Citania, PyA y Gabinete que permitió concluir que pasará a manos del Museo de Pontevedra, que garantizará la apertura del bosque y de la huerta a la ciudad y se restaurarán las dependencias.
Un equipo de más de 30 personas analizaron durante los últimos meses los 15.417 m² en los cuales 5.400 m² están edificados. Se realizaron más de 60 sondeos arqueológicos con hallazgos muy interesantes.
La visita fue guiada por los arqueólogos que participaron en las excavaciones, dándonos información a cada paso de lo que íbamos viendo. La organización de 🔟 👏👏👏 todo un éxito!
Su interior es como una especie de laberinto de construcciones que se fueron haciendo poco a poco y según las necesidades de cada momento, incluso derribando algunas primitivas.
El trabajo de limpieza, nos explican los guías, fue impresionante ya que había acumulación de enseres y trastos viejos por todos lados, maleza y montones de restos de poda.
🔷Exterior
Con el paso de los años, el convento ha quedado inmenso entre edificios modernos y calles del casco urbano de la ciudad, pudiéndose apreciar sus altos muros desde la Plaza de Barcelos y la calle Perfecto Feijóo. Durante una época de declive del convento, se venden unos 7.000 m² de terreno para edificar.
La parte más llamativa es la cabecera de su iglesia cuya construcción se comienza en 1362 y termina en 1510, tiene planta helicoidal y un poco más estrecha que la nave de la iglesia.
En los muros se pueden ver varios escudos heráldicos del siglo XV de familias benefactoras como el de los Castelo, Soutelo, Cruu, Soutomaior, Ocampo o Bermúdez.
En la parte alta de los muros de la iglesia hay canecillos o canzorros decorados con diferentes figuras. Son un total de 29 geométricos, florales, figuras humanas y cabezas de animales.
🔷Iglesia
Por turnos de grupos reducidos, accedemos primeramente al interior de la iglesia a través de su puerta principal, la de la izquierda que es la que está más decorada, ya que la puerta secundaria fue reformada con un arco más redondo y sin apenas decoración. Hay otra puerta de acceso hacia el monasterio a la derecha, por la que iremos luego.
En esta puerta se representa el Juicio Final con la figura central de Cristo rodeado por ángeles, y en la arquivolta siguiente los apóstoles.
En la nave central y única de la iglesia destaca su Altar Mayor un poco más elevado que el resto. El gran retablo barroco se terminó en el año 1730, con gran decoración, presidido por la imagen central de Santa Clara y 4 columnas salomónicas. En el momento de nuestra visita las imágenes habían sido retiradas de sus hornacinas para realizarle mantenimiento.
En el lado opuesto están los coros alto y bajo reservado para los oficios de las monjas con una importante sillería y un órgano del siglo XVIII pintado de colores vivos con tubos horizontales, no verticales como son normalmente.
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Aquí los arqueólogos nos muestran un pequeño vídeo sobre la historia del convento, estado en el que se lo encontraron, excavaciones y trabajos realizados hasta el momento y cual será su futuro.
🔷Monasterio
A través de la puerta de carruajes accedemos ahora al edificio del siglo XVIII con varias dependencias del monasterio.
Ahí nos recibe otro equipo de arqueólogos, y siguiendo el camino marcado con cuerdas y flechas, vamos a la "sala de las tullas" a un nivel un poco más bajo que el terreno de la finca. Esta sala no destaca principalmente por su arquitectura, si no porque en las excavaciones realizadas en el suelo, apareció un muro longitudinal que correspondería con un ala ya desaparecida del antiguo monasterio y que, si nos fijamos en la fachada exterior, se puede ver como cortada.
Nos comenta el guía que toda esta zona estaba cubierta de escombros y restos de mobiliario viejo.
Pasamos por una prensa para el vino y la bodega. En sus jardines y huertos producían unos 1.000 litros anuales de vino y cada monja contaba con una asignación diaria de 2 litros para consumo propio.
Salimos ahora hacia el claustro
🔷Claustro
Este claustro tiene la particularidad de que solamente tiene 2 lados con columnas hacia el jardín y techo con artesonado de madera. Es una de las partes más bonitas del monasterio.
Aquí es donde se encontraron la mayor parte de enterramientos cuyos restos están siendo investigados.
Fueron documentados 40 enterramientos en total, 30 en esta zona del claustro, 5 en la portería y 5 en la zona del bosque. Los cadáveres eran enterrados en su mayoría sin caja, apareciendo solo un fragmento de tea de un ataúd en la zona de la portería.
A través de andamios y tras la explicación de la arqueóloga, salimos de nuevo al exterior para recorrer la zona de el "bosque" pasando por un añadido moderno con una mezcla de materiales que chirría a la vista 😱
🔷Bosque
Estas son ampliaciones realizadas con bajo presupuesto ya cuando el convento estaba en decadencia. A pocos metros se descubrió una canalización de agua en piedra que procedía de un molino ya desaparecido.
También se encontró un enlosado de piedra enterrado a unos 80 centímetros y varios enterramientos esparcidos en la zona de las viñas, que estaban en bastante mal estado debido a la humedad reinante en la zona y a la acidez del terreno.
Tras el enlosado podemos ver un gran pozo cuadrangular con cubierta de madera y teja. Esta parte limpia y restaurada, tiene que quedar preciosa 👌
Al fondo está la pequeña Capilla del Bosque que están restaurando y no pudimos acceder, pero os dejo abajo una imagen de la página del convento para apreciarla. También recibe el nombre de Capela dos Anxos y acoge un tímpano policromado de Santa María del siglo XV que se cree que fue trasladado desde la portada de la iglesia.
A continuación el cementerio con 15 sencillas sepulturas sin nombre, como es costumbre en esta orden mendicante. Está delimitado con una reja de forja.
Este cementerio se comenzó a usar a finales del siglo XIX ya que antes utilizaban para los enterramientos el coro bajo y el claustro, como hemos visto, y se dejó de utilizar en el 2015.
A mediados de este año 2022 se abrieron las tumbas para exhumar los restos mortales de las religiosas y trasladarlos al Convento de Santiago de Compostela, encontrándose al menos 58 cuerpos.
Hay mucho más terreno hacia la parte sur con árboles de gran porte como castaños, olivos o manzanos.
🔷Jardín y huerta
Entramos ahora por el otro ala del claustro para pasar hacia el jardín y la huerta con un crucero y fuente barroca muy parecida a la que está en la Plaza da Ferrería en el centro de la ciudad.
En esta zona se pueden ver más emparrados para las viñas que las propias monjas cuidaban para elaborar vino.
🔷Cocina
Entrando hacia el ala oeste, la más antigua del conjunto, pasamos por las dependencias de la antigua cocina que contaba con una lareira de piedra tradicional
🔷Refectorio viejo
Tras la cocina está el amplio espacio que las religiosas utilizaban para reuniones y como comedor, el refectorio viejo, ya que luego sería reutilizado como cuadra y construido uno nuevo más caliente y acogedor.
Tras reformar el espacio como cuadra, se modifican los techos, se añaden columnas de hormigón y algunas ventanas que ya no eran útiles fueron cegadas.
Sobre una mesa, los arqueólogos nos enseñan una pequeña muestra de piezas de cerámica rescatadas durante las excavaciones. Fueron recuperadas más de 8000 piezas de diversos lugares, que se supone que los traerían las monjas que ingresaban en el convento como parte de su dote.
Nos explican que estas cerámicas no solo se encontraron aquí, si no en otras partes de la finca, al igual que otros objetos encontrados como monedas de oro, alfileres de bronce, soportes de incensarios, clavos y un anillo de oro con la cruz de Malta.
🔷Huerta tramo oeste
Ya en el tramo oeste y parte final de esta visita, pasamos por una pequeña casa de piedra que era el gallinero con todo el exterior con enlosado de piedra que estaba tapado con tierra cuando fue adquirido el convento.
Tiene un cierre perimetral de piedra que pertenecía a una fase antigua del convento que fue modificado.
Esta parte estaría cubierta y se conserva una de las columnas que sostenían el techo.
Como dato curioso, los investigadores han reunido gran cantidad de balones que encontraron por la finca de diversas épocas, que llegaron a través de sus muros de parques cercanos.
Los lavaderos también eran un elemento común en el cenobio, ya que aparte de para uso particular, las monjas ofrecían servicio de lavandería y planchado, siendo unos de sus clientes principales los cuarteles de militares de Marín.
Recordemos que tras la Guerra Civil Española aquí vivían unas 50 monjas que entre otras funciones, fabricaban hostias para eucaristías y dulces que luego vendían o regalaban a la gente menos pudiente.
Plantación de kiwis, limoneros, naranjos... ahora mal cuidados pero con fruta muy apetecible.
Con el ala oeste del monasterio del siglo XVIII donde estaban las celdas - habitaciones de las monjas, damos por concluida nuestra visita a este lugar que permaneció cerrado al público en general durante más de 700 años, y que nos ha sabido a poco.
Deseando verlo acondicionado y rehabilitado para poder visitarlo de nuevo y recorrer estancias que en esta ocasión no ha podido ser.
🔷Breve Historia
Siglo XIII-XIV - El primer documento escrito en el que aparece mencionado data de 1271, cuando el burgués Fernán Núñez de Aldán y su esposa donan terrenos a la Orden para que se instalase en la ciudad. Este escrito no se conserva pero sí la donación del año 1293 de Xoán Pérez, Dominga Martín y Marina Eanes, a favor de una de las monjas de Santa Clara, que está en el Museo de Pontevedra.
En esta primera etapa, las monjas residían en construcciones auxiliares.
En 1312 el rey Fernando IV le concede el privilegio por el cual 20 hombres recaudarían rentas y limosnas para el convento, libres de impuestos. Este privilegio fue prorrogándose en el tiempo hasta 1814 siendo rey Fernando VII.
En 1362 una familia burguesa de la ciudad, dona al convento dinero para edificar la cabecera de la iglesia, cuyas obras finalizan en 1510.
Siglos XIV-XV - se construye la iglesia, el claustro y las primeras dependencias
Siglos XVI-XVII - momento de máximo esplendor del convento, cuando se reforma el claustro y el refectorio, se construye la fuente, el crucero y el cierre perimetral.
Siglo XVIII - importante modificación en la parte este, se construye el nuevo refectorio, los dormitorios, una amplia sala en la planta baja, se hacen nuevos retablos en la iglesia y se concluye el retablo del altar mayor.
Fue abandonado en 1702 cuando sus 40 monjas huyeron debido a los ataques ingleses durante la Guerra de Sucesión y la Batalla de Rande, junto con el Padre Martín Sarmiento aún niño, refugiándose en varios puntos de Galicia.
Siglo XIX-XX - En 1868, con la Desamortización del ministro Pascual Madoz, las monjas se ven obligadas a abandonar el convento y pasa a manos del Estado que lo convierte en Hospicio. Vuelven en 1875 y se construye un anexo al edificio en forma de pazo que fue residencia arzobispal.
Siglo XX - XXI - la comunidad de religiosas fue manguando desde las 13 que había a finales del XIX, en el 2015 eran 3 y en el 2017, las 2 que quedaban: Sor Sagrario de 78 años y Sor Purificación de 80, se ven obligadas a trasladarse a Santiago de Compostela por no poder mantener en buen estado las instalaciones.
En el 2021 Santa Clara pasa a manos del Ayuntamiento de Pontevedra que lo compra por 3,2 millones de euros, para ser restaurado y poder ser visitado por el público en general.
Cómo llegar:
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