Isla de Cortegada, un bosque en el mar

Isla de Cortegada, un bosque en el mar

En el interior de la Ría de Arousa, casi en el estuario que forma el río Ulla en su desembocadura, está la Isla de Cortegada que es la mayor de un archipiélago formado también con As Malveiras y las Illas das Briñas y pertenece al Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia.

Está comunicada en la bajamar con la parroquia de Carril a la que pertenece, por un canal de 190 metros llamado "Camino del Carro" o Canle dos Viveiros, un gran banco de arena donde desde hace siglos se cultivan berberechos y almejas y de donde sale la famosa almeja de Carril, que cuenta con denominación de origen. 

Además de estar valorada por la riqueza de sus fondos marinos, posee el mayor bosque de laurel que existe en Europa. 

Isla de Cortegada, un bosque en el mar
 
📌Cómo llegar

No hay transporte regular a la isla, pero hay varias empresas que se encargan de organizar los grupos de visita desde los puertos de Carril y Vilagarcía. También puedes ir en barco privado, pero debes contar con el permiso de navegación y fondeo, ya que se trata de un Parque Nacional. 

Por este mismo motivo tiene un cupo máximo de visitantes/día que es de 150-250 personas. Y se debe ir acompañado de un guía del parque. 

📌 Ruta por la isla

Al tratarse de un terreno prácticamente llano, es muy fácil caminar. Hay dos rutas que se pueden seguir mediante indicaciones y paneles, una que recorre todo el perímetro de la isla con 3,2 kilómetros y la otra es una alternativa más corta de 2 km.  

Nosotros fuimos con una excursión organizada por el Parque Nacional con una guía muy amena que nos trató genial en todo momento y explicándonos todo a cada paso.  

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Nada más desembarcar en el pantalán nos encontramos con la Ermita de los Milagros y un cruceiro de 1334. Su ubicación original era en el centro del poblado que luego veremos, pero debido a la gran afluencia de peregrinos en busca de curas milagrosas y ante el temor de contagios, fue trasladada hasta aquí en el siglo XVII. 

Junto a la capilla se pueden ver los restos de un hospitalillo construido en 1652 para atender a los peregrinos y que funcionó posteriormente como lazareto. 

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Junto a la ermita hay una fuente y un viejo lavadero que es la única corriente de agua de la isla.

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En la misma playa también está la caseta del vigilante e información, los baños públicos y otras dependencias más modernas.

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Nos adentramos ahora un poco en el bosque encontrando ya las primeras construcciones y restos de cuadras y hórreos.

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Y a pocos metros la aldea que fue habitada hasta principios del siglo XX por colonos que labraban sus tierras, que al ser abandonadas la vegetación va cubriendo sus piedras.

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No se puede bajar hasta la aldea por seguridad, pero se pueden distinguir restos de abrevaderos para animales, hornos de piedra y faladoiros en sus ventanas. 

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Continuamos por el llamado "Camiño do Carro" que ha recuperado la gente del Parque cuando adquirieron la isla para su apertura al público. En algún tramo aún se pueden ver las rodadas de los carros que transportaban las algas desde la isla al continente para abonar los campos.

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La Playa de Sartaxéns es uno de los arenales más amplios de la isla. Desde ella vemos enfrente Carril y todas las estacas en medio de la ría que conforman los viveros o parques de cultivo en los que se crían almejas y berberechos. Cuando hay bajamar se pueden ver que están delimitados con piedras como si se tratase de un huerto en tierra. 

No es extraño ver mariscadores tanto de día como de noche, y por ello esos grandes focos que veremos sobre postes de madera para iluminar y vigilar de furtivos toda la plantación. 

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Durante el recorrido veremos árboles que fueron creciendo  y cubriendo espacios que antes eran terrenos de cultivo. Sauces, alisos, espinos, robles, pinos y por supuesto laurel, ya que como te he comentado aquí podemos ver el bosque de laurel más grande de Europa. 

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La guía nos recuerda que "los árboles curan" y que este pequeño bosque es como una gran botica donde podemos encontrar remedios para todo; como por ejemplo, para enfermedades estomacales: el laurel; para dolores y fiebre: el sauce ya que de su corteza se extrae salicina de la que deriva la aspirina; el roble para la gastroenteritis, para pies doloridos y picaduras: las hojas de aliso o para regular la tensión arterial y las arritmias: el espino albar.

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Aunque todo el recorrido es un buen mirador hacia la Ría de Arousa, nos despedimos desde Punta Reboxedo con excelentes vistas a las Illas Malveiras donde podemos ver aves acuáticas pescando como garzas, garcetas, cormoranes o zarapitos. 

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Formando parte del Vía Crucis Marítimo Fluvial de la Ruta Marítima Traslatio que atraviesa esta ría y que recoge el nombre del traslado de los restos del Apóstol Santiago desde Jerusalén hasta Santiago de Compostela, en la isla Malveira Grande se puede ver uno de los 17 cruceiros de los que se compone. 

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📌 Historia de la isla

En el siglo I ya era mencionada por el romano Plinio con el nombre de Corticata. Formaba parte de un importante camino fluvial al interior de Galicia para griegos, romanos y árabes.

En la Edad Media la Ría de Arousa era la puerta marítima empleada por normandos y musulmanes en sus invasiones hacia la Catedral de Santiago tras el descubrimiento del sepulcro del Apóstil. Para defenderse de estos ataques, la iglesia levantó varias torres de defensa en la ría, una de ellas en Cortegada de la que ya no quedan restos. 

La iglesia que vemos hoy formaba parte de un monasterio que fue destruido. 

Hasta 1910 pertenecía al Pazo da Gulpilleira de Vilagarcía, al que pagaban rentas los más de 200 vecinos de la isla.

A partir de ese año comienzan las gestiones para donar la isla al rey Alfonso XIII por suscripción popular, con el fin de que construyera en ella su residencia de verano. Tras un largo proceso de compra y expropiaciones de propiedades, se firma la escritura de cesión a la Casa Real. Pero en ese momento se estaba construyendo el Palacio de la Magdalena en Santander, que fue elegido por el rey como residencia de verano, y la isla quedó como su coto de caza.

Durante la II República el Estado se hizo con la isla que fue recuperada en 1958 por Juan de Borbón, quien la vende en 1978 a una inmobiliaria que hizo planes para construir una urbanización de lujo y un puente. Por suerte este megaproyecto no se llevó a cabo gracias a las protestas de los vecinos y asociaciones que consiguieron que se declarase la isla parque natural público y se paralizase el proyecto. 

En el 2002 la isla se incluye en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia del que ya formaban parte las Islas Cíes, Ons y Sálvora. 

En el 2007 fue expropiada por la Xunta de Galicia tras el pago correspondiente de dinero y pasa a ser de dominio público. 

En el año 2015 la isla sufrió un conato de incendio que afectó a 400 m2 de su superficie que gracias a la rápida intervención de Protección Civil, Emergencias, personal del Parque Nacional y muchos vecinos, se quedó en un simple susto. Una cadena humana en la que incluso estaba el alcalde de Carril, ayudaron a su extinción cargando calderos de agua de mar. 

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