La decadencia de la conservera Bernardo Alfageme - Conservas Miau (Vigo)


Siempre digo que tengo la suerte de haber nacido en Vigo, una gran ciudad con un gran pasado, pero lamento tener que reconocer que cuando veo ciertas cosas se me atraganta el alma.
Veo día a día la decadencia de este gran edificio que es el mayor exponente de la arquitectura industrial de la ciudad.
 
Lamentablemente no se cuida como debería nuestro pasado industrial, bien por temas burocráticos o otros asuntos políticos en los cuales no me voy a meter, pero da mucha lástima observar como se van destruyendo las raíces de una ciudad sin que nadie aparentemente haga nada... y un día, de repente alguien decida rehabilitar, que "forma parte de nuestro patrimonio", cuando ya casi es una ruina y su inversión es mucho mayor.

Tenemos muchos referentes industriales en la ciudad todavía, pero hoy me ocuparé de esta Fábrica de conservas que alimentó muchas familias de  Vigo y alrededores que es "Bernardo Alfageme" también conocida como "Conservas Miau", que en su momento álgido llegó a contar con 400 puestos de trabajo.

La finca y la fábrica está situada en la calle Tomás A. Alonso, construida en 1928, ocupa una superficie de más de 14000 metros cuadrados; su nave principal mide 4.000 metros cuadrados entre la planta baja y unas dependencias en lo alto para vivienda del guarda y oficinas.

Además, hay otros tres almacenes que suman 3.400 metros cuadrados llegando hasta la calle Simancas y Beiramar, una casa-chalé de 140 metros cuadrados (el dueño vivía dentro de la propia fábrica), un garaje de 70 metros cuadrados y otra casa de 120 metros cuadrados, así como amplios patios, calles y jardines.


El principio del fin comienza cuando la conservera, junto con Conservas Peña, es adquirida por la Promotora Promolar en el año 2006, en el momento del ´bum´ inmobiliario. En ese momento Alfageme era una de las 5 conserveras más importantes de España.

En el año 2011 la inmobiliaria quebró y sus bienes pasan a fase de liquidación. En el 2012, los administradores de Promalar fueron inhabilitados 5 años y condenados a devolver los 11,8 millones a los acreedores de la conservera. En Mayo del 2015 se subasta en el Juzgado de lo Mercantil de Vigo.
Se sucedieron multitud de protestas por parte de sus trabajadores a lo largo del extenso proceso y uno de sus argumentos era: "La empresa sólo duró en pie dos años desde su adquisición por el constructor Juan Lago y entre él y la Xunta se encargaron de mandar todo al <garete>"

- Vamos a recurrir a la historia para comprender bien el origen de este coloso:

Bernardo Alfageme Pérez era natural de Zamora donde se dedicaba al truque de pescado y sal por textiles.
Abandona la provincia y pone rumbo a Asturias en la penúltima década del siglo XIX donde se casa con Delfina, hija de un importante industrial del sector del salazón. Poco después inicia su actividad en el mundo de las conservas con la puesta en marcha de una pequeña planta de enlatado de anchoa en la localidad asturiana de Carreño.

Un hombre con visiones de futuro que comprendió enseguida las grandes posibilidades que ofrecía el pescado en conserva y en 1873 levanta su primera gran fábrica en Candás, donde también producía una «sidra champagne» con la marca Bernardo Alfageme.

Sería un hijo del empresario el que pondría su punto de mira en el puerto de Vigo, donde desembarcaban cada año miles de toneladas de sardina, la especie que era la materia prima de la industria conservera.
En 1909, la firma Bernardo Alfageme abre su primera planta gallega en la calle Areal, donde los pesqueros desembarcaban sus capturas en la misma playa y casi a la puerta de las conserveras que se iban instalando en la ciudad y erigieron en pocos años a Vigo como "capital del enlatado".

La I Guerra Mundial fue una gran oportunidad para las conserveras que suministraban tanto a los combatientes como a poblaciones cuyas cosechas habían sido arrasadas por las bombas y el fuego. El conflicto y la posguerra fueron la época dorada para la conserva y lo que hizo que en 1928 la firma optase por comprar los terrenos que ocupaba el campo de fútbol del club vigués Fortuna, para construir una gran fábrica a la altura de las mejores de la época.

El nuevo edificio se encarga al arquitecto vigués Manuel Gómez Román que era el más destacado de la época, constando de tres naves con amplios ventanales con dos fachadas de piedra, dando una de ellas directamente al mar con unas rampas (que se pueden ver actualmente) para descargar el pescado directo a la fábrica. 

Con las nuevas instalaciones la firma cobra un importante impulso y se sitúa al nivel del emporio conservero de los Massó. 
La Guerra Civil supone un drama para la familia Alfageme. El fundador de la empresa Bernardo Alfageme Pérez, de 86 años, y su nieto Hermenegildo Alfageme del Busto, de 27, fueron asesinados en Gijón por las milicias republicanas el 21 de septiembre de 1936.
Sobre el terreno en que fueron asesinados, Hermenegildo Alfageme Fernández, hijo y padre de las víctimas, financió, en su memoria, la construcción en los años cuarenta del actual Sanatorio Marítimo de Gijón.

Cuando Hermenegildo falleció en 1962, a los 88 años, lo sustituyó el frente de la compañía su hijo menor, Antonio Alfageme del Busto, nacido en 1917, que luego sería presidente de la Unión de Fabricantes de Conservas (hoy ANFACO) y fallecería en trágicas circunstancias en abril de 1974. Dos sobrinos de este último, Braulio y Bernardo, dirigieron la empresa durante varios años. Los dos murieron relativamente jóvenes, Braulio en 1991, con 55 años, y Bernardo en 1997, con 62 años. 

En los años cincuenta, la firma Alfageme traslada su producción a Vigo y además de la mítica marca Miau lanza otras como Eureka, Alfa, La Barrentina y Basa. Refuerza Miau con nuevas especialidades, convirtiéndola en el buque insignia de la conservera. En los años siguientes el grupo apuesta por expandirse en otras localidades como Algeciras, O Grove, Ribadumia, Vilaxoán y Santoña.

Su época de mayor esplendor llegaría a finales de los años 80 bajo la dirección de Braulio Alfageme, quien contaba como director comercial con el vigués Emilio Álvarez Magadalena, el hombre que tuvo la visión de potenciar la red comercial y abrir nuevos mercados. Alfageme llegó a contar con una plantilla de 400 personas y una capacidad de producción de 150 millones de latas anuales, unas 50.000 toneladas de conservas salían de sus fábricas.

El edificio está incluido en el catálogo municipal de bienes a conservar... pero veremos su futuro.

Algunas fotos para el recuerdo:



*Última foto: fuente internet
Localización:

1 comentario:

  1. También operaran con la marca “LA Providencia”.
    La marca “La Barretina” fue en honor a la esposa del dueño, que era catalana.

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