Área etnográfica da Insua y su cargadero de mineral


Muy cerquita del Fuciño do Porco y de la Cueva de la Doncella en la ría de Viveiro está el área etnográfica da Insua, donde han aprovechado las instalaciones de un viejo cargadero de mineral para barcos  y lo han convertido en un bonito mirador a la ría.

Este espacio fue recuperado por el Ministerio del Medio Ambiente en julio del 2002 creando una zona de recreo donde se entremezclan las viejas instalaciones.
Esto me hace recordar el cargadero de Rande en la Ría de Vigo que desfallece poco a poco en el olvido sin que nadie haga nada al respecto para mantener un trozo de historia de la ría.


Aquí se lavaba el mineral procedente de la Mina de Silvarosa en vagonetas a través de un cable aéreo de más de cinco kilómetros, a modo de teleférico, aprovechando el desnivel y se cargaba en los barcos con destino a Alemania vía Rotterdam con el objetivo principal de fabricación de armamento militar como cañones.


Tiene dos aparcamientos, uno en la parte superior del mirador y otro en la parte baja siguiendo la carretera que es donde está la entrada a los túneles y bajada al cargadero.
Y aquí llegó la parte más divertida de la ruta para el pequeño de la casa, se lo pasó genial recorriendo todos los túneles que se encontraban abiertos aunque un poco vandalizados ya. Se nota que pasaron por tiempos mejores desde su apertura ya que se podía ver una instalación moderna de luz toda reventada a pedradas.



Y como sabéis, lo que más me gusta es indagar un poco en la historia de los sitios que recorro, pues ahí va:
En esta zona fueron varias las minas de hierro que se explotaron desde finales del siglo XIX, siendo las del Monte de A Silvarosa las más importantes y activas de Galicia junto con las de Choupín. Su activo principal era la magnetita.
En el año 1889 Ricardo de Llano Oleaga inscribía en el Registro Minero varios afloramientos de hierro en la zona de Viveiro pero no sería hasta 1899 cuando los alemanes Otto Kreizner Joseph Massenez con la empresa "The Vivero Iron Ore Co. Ltd." con sede en Londres, quienes comenzaran los trabajos de explotación.
En ese mismo año ya se embarcaba la primera partida de mineral en el vapor Laurak-Bac.
La misma empresa construyó en el Monte de A Silvarosa en 1906 un poblado para los empleados de las minas que contaba con hospital, supermercado, cuartel, capilla, escuela y jardines, ya que allí llegaron a trabajar cerca de 400 personas.

Durante la Primera Guerra Mundial las exportaciones a Alemania se hicieron más difíciles por lo la explotación de la mina se paralizó, y en 1924 es comprada por el industrial bizcaíno Horacio Echevarrieta introduciéndose así en el mercado Inglés, y en 1951 pasan a formar parte del Instituto Nacional de Industria (INI) cediendo los derechos de explotación a la Empresa Nacional Siderúrgica ENSIDESA, hasta que en 1966 tanto la mina de Silvarosa como la de Choupín cerraron definitivamente.


El mineral se extraía a cielo abierto en bancadas sobre las laderas de la montaña, pero a medida que se avanzaba se hacía más difícil el desescombro, por lo que se recurrió a trabajos subterráneos a través de galerías transversales, llegándose a escavar unos tres kilómetros.
Se extraían hasta 250 toneladas a la hora y se bajaban por el cable aéreo las vagonetas hasta el cargadero y allí salía hacia Alemania en buques de vapor.
Este método de transporte innovador en Galicia llamado Bleicher aprovechaba el desnivel existente entre las minas y el mar para su funcionamiento.
Cuando el mineral llegaba a la zona de A Insua se descargaba por unos conductos a un túnel en el que se recogía y se lavaba para llevarlo después hasta el extremo del cargadero sobre el mar con baldes de una tonelada de capacidad suspendidos por un cable (la vieja estructura oxidada podemos verla en la foto).  Aquí se podían almacenar hasta incluso 20.000 toneladas de mineral.




La parte final del cargadero estaba formada por una estructura metálica con una viga de 120 metros de largo situada a unos 15 sobre el mar con una parte volada de unos 40 metros apoyada en la punta que aún hoy podemos ver en el mar sobre un islote.
En una jornada de 10 horas se podían llegar a cargar 2.000 toneladas de mineral en vapores de hasta 6.000 toneladas.




Fuente principal del apartado historia: asociacionbuxa.com 

Cómo llegar:

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